martes, 14 de diciembre de 2004

Fin de examen

En menos de una semana, he pasado por un traqueteo de exámenes, entre presentados y no presentados, algunos con esperanza de aprobar, otros con posibilidades, otros con no tanta. También con sorpresas ante lo preguntado... es decir, una semana en la que se aprende mucho, mucho.

Pero hoy, no quiero aburrirte con ello. Hoy quiero contarte algo que he vivido estos días, que ha sido la unión con la gente. Se que si te digo, que los malos momentos unen a la gente, estarás de acuerdo conmigo, pero si me refiero con malos momentos a los exámenes, quizás te eches a reír. Pero ha sido así, me a sorprendido como profundizan las relaciones con gente que a lo largo del curso, quizás por ser el comienzo, no hablabas con ellos, quizás solamente con un modesto hola, dicho a voz de pronto, y casi sin querer.

En cambio, en estos días, hemos compartido opiniones, fatigas, descansos, hemos hablado de lo que pensamos, de lo que tenemos en común, y poco a poco, nos hemos ido conociendo. Se que es muy prematuro decirlo, que apenas han sido unas conversaciones, pero me atrevo apostar, que ha sido un comienzo, no solo, por la suerte, de conocer a otras personas, sino como crecimiento personal. Y ha sido esa, la mejor sensación que he tenido en esta semana frenética, lo mejor que he sacado: Conocerlos. No se, incluso me fastidia, que ahora no tenga clases, porque quizás cuando las retome, sea demasiado tarde, y se haya olvidado lo vivido y volvamos a empezar desde cero. Espero que no sea así, aunque para mí, este es un mundo nuevo, como casi todos, espero entender las reglas, y que por una vez, vayan conmigo. Será cuestión de esperar.

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