lunes, 31 de octubre de 2005

De ida, de vuelta

Siento no poder escribirte todo lo que quiera, y todo lo que te mereces. Entre una razón y otra, las semanas pasan, y no llego a plasmar, todo lo que ansío contarte. No pasan los días, en los que no te escribo mentalmente, te cuento cosas, creo un pequeño guión, para contártelas ordenadamente, incluso, las apunto en un trozo de papel o cartón, pero luego, soy incapaz de ponerme aquí, delante del papel en blanco, y escribírtelo.

Sabes que te quiero, que escribirte estas líneas, es lo más parecido, a contarte de tú a tú mis cosas, que tú eres mi única compañía, que eres lo más parecido, a tener a alguien con quien compartir mis momentos, mis días, mis expectativas, lo que temo, ansió y amo, y lo que soy. Me gustaría volver a comprometerme, por ti, en estas mismas líneas, a volver, a intentar volver a escribirte casi todos los días, ojala pueda jurarlo en sangre, pero sería incapaz de cumplirlo, y tarde o temprano, volvería a caer.

Así soy yo, humano, supongo, sin energías secretas, aunque si muchas flaquezas. Muchas veces, cuando te escribo, las palabras se me quedan cortas y me cuesta expresar lo que te quiero decir, y darles la fuerza que se trasmiten al salir de mi boca.

No hablaré más, sólo espero poder seguir viéndote mañana. Seguir escribiéndote cartas, por si algún día las quieres leer o no, tormarlas en serio, o no, me escuches, o no.

Desde mi corazón.