jueves, 15 de agosto de 2013

Volver


Han pasado años ya sin escribirte aunque siempre has estado presente en mis pensamientos. Es cierto que  crees que no me he parado para hablarte con detenimiento en este tiempo, mirándote a los ojos mientras esgrimo palabras y lanzo silencios, sin embargo no he dejado de pensar en ti, en volver a ti, siempre has sido una de mis búsquedas constantes y prioritarias, volver a abrazarte, aunque muchas veces no era consciente de ello.

No se la razón por la cual me he levantado hoy y he vuelto. Me da miedo buscarle el sentido pues de encontrarlo, descubrirlo como si se tratase de un culpable, temo a la vez matarlo, volverlo mortal y acabar con él. No quiero, me niego. Estoy aquí tras tanto tiempo, sin pretensiones. No quiero hacer planes solamente dejarme llevar, ver hasta donde siguen nuestros caminos juntos, sin pedirte nada, sin que tú me pidas nada. No se si soy el mismo del de hace años, posiblemente no, sin embargo quiero pensar que quizás es así, pero no busco que me juzgues, ni juzgar. Sólo quiero recuperarte, vieja amiga, cerrar los ojos y ver si aún así nos reconocemos por este invisible y etéreo tacto.

  Tú leal, eterno mortal.






Segunda época
6 años de camino



miércoles, 7 de noviembre de 2007

Accidente

Hoy he tenido un accidente de tráfico, en la autopista, un coche ha frenado en seco, para evitar a otro que a su vez estaba parado por una avería. A mí no me a dado tiempo de parar, así que he chocado frontalmente contra su trasera, este por el golpe avanzo, y yo di ligeramente también al estacionado.

Gracias a dios, no ha habido ningún lesionado, el peor parado, como no, mi coche, la parte delantera ligeramente hacia adentro, los faros, con los cristales rotos, y muy posiblemente, el depósito del limpiacristales roto. Apenas se lo he podido contar a nadie, aunque tenía necesidad de ello. Simplemente, no tengo a nadie a quién llamar, para contárselo. Se lo dije a unos compañeros de uno de mis trabajos, me dirigía hacía allí para llevar unas fotos reveladas, y cuando uno de ellos, me dijo que la reparación iba a salir por un ojo de la cara, se me cayo momentáneamente el mundo. No sé, es extraño, pero fue ese comentario quién hizo soltar amarras al dolor interior, a las lágrimas que luchaban por salir. No llego a más. Fue un solo segundo. Los otros me animaron, “- No es nada…” me decían. Alguno se ofreció para acompañarme a algún taller; no soy de esta ciudad, la mía queda ya muy lejos, los míos, aún más.


Ahora tendré que llevarlo al mecánico. Me siento sólo. Me da miedo que me cueste el dinero que no tengo, que otra vez, mis esfuerzos para organizarme económicamente, queden frustrados. Otra vez, mis intentos de poner orden en mi vida, son desbaratados por el día a día.

Mi coche… mi coche…

Para mi ha sido un símbolo de libertad desde el primer día. No pasaban muchos días en los que me quedaba absorto mirándolo, sintiéndome orgulloso de tenerlo, sorprendido de que fuera mio, pensando en él como un hilo de buena suerte. Ahora vuelvo a la cárcel.

No es tanto, supongo, tienes razón. Pero para mi, es algo más, como aquellos caballeros de siglos atrás, que ponían nombre a su caballo, y se sentían orgullosos de ellos mismos.

Hoy quería compartirlo con alguien. No lo entiendas como una necedad, sino como algo que te cuenta alguien, aún sabiendo que puede no ser comprendido, y que busca sólo tu calor.

Esta noche, hará un poco más de frio de lo de costumbre, se acerca el invierno.


martes, 10 de julio de 2007

Hace ya demasiado tiempo

Hace ya demasiado tiempo que quería escribirte, demasiado tiempo que lo tenía pendiente, teniéndote presente casi cada día, pero sin encontrar la paz, o el momento para sentarme y ponerte unas letras.

No se si te conté, que andaba trabajando en dos lugares diferentes a la vez, además de intentar unos estudios, los cuales apenas les he dedicado el tiempo que necesitaban. El no tener tiempo para nada, no escribirte, por ejemplo, no hacer fotos, no hacer las llamadas pendientes, no leer los libros que quería, dejar las películas para otro momento… me ha servido por un lado, para dejar atrás algunos quebraderos de cabeza que tenía, llegando hasta sentirme orgulloso de mi mismo por ser capaz de aguantar así, responsablemente, con dos trabajos, de forma cuasititánica, pero por otro lado, han surgido nuevas cuestiones, que también taladran mi interior. Supongo, que eso demuestra, la necesidad cruel de tener problemas siempre, y que cuando no los hay, los creamos, ya sean reales, o fruto de nuestra imaginación, no que no quita que si sea real y fuerte el dolor que sufrimos.

En cuanto a mis relaciones con la gente, la vida me ha enseñado duras lecciones que han entrado con dolor; he aprendido a tener más sangre fría, a matar la espontaneidad, agarrando las riendas del caballo desbocado, a poner bozal en la boca ansiosa por hablar, renunciando a un pedacito de libertad... Es posible, que de esa forma, algo se muera dentro de nosotros (¿amor?¿sinceridad?), pero parece ser, que en esas normas de seudoconvivencia que nos rodean, no se puede supervivir de otra forma. Es extraño, que a veces tengamos que renunciar a la libertad, para no vivir en la esclavitud de los hechos y de las palabras.

Ahora me siento más frío, me doy cuenta, fruto de uno de mis trabajos, del constante movimiento de gente que pasa por delante de nuestras vidas, segundos a veces, u horas. Ahora me cuesta mucho entrar en ellos, ni siquiera lo intento, se que es un fallo, pero no puedo evitarlo. Me da miedo la superficialidad, y no me quiero convertir a ello. Sigo amando a la Persona, pero me canso más al sentarme y escucharla. No puedo soportar ver como entra en mi vida, le abro una puerta, crea en mi una necesidad de ella, para luego desaparecer y no volver.

Ahora puedo detenerme, y analizar mejor mis sentimientos. Consigo discernirlos, saber cuando estoy cabreado, y que no debo de hablar con nadie, para no causarle algún tipo de daño, o confesar algo que no quiera. A veces, los controlo, se parar, pero otras no, me doy cuenta eso si, fríamente, de que estoy cometiendo un fallo, pero no puedo evitarlo, y lo cometo, y trago más sedal, y el anzuelo entra aún más adentro.

No se si es algo positivo o negativo, pero es la única forma de supervivencia que conozco ahora. Algo se muere, es cierto, pero es el precio a pagar, el tributo inexplicable, para vivir con los otros, y ser mínimamente aceptado.

No lo entiendo, pero no creo que entenderlo sea importante hoy en día, Cuantas cosas aceptamos, exigimos y defendemos, no entendiéndolas para nada, llegando a convertirse en sagradas para nosotros.

jueves, 19 de abril de 2007

Poemas: Me basta así

Si yo fuera Dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
--de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso;
entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando -luego- callas...
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta.

jueves, 21 de diciembre de 2006

Propósito del año nuevo

Uno de los más ilusionantes: Retomar las cartas, por favor, recuerdamelo, lo necesito.

sábado, 5 de agosto de 2006

Enfermo

La peor de las soledades, la soledad más triste, la soledad más solitaria, es la soledad del enfermo.