Me queda tanto por aprender en esta vida, que el sólo hecho de pensarlo, me hace sentir que en el fondo, no se nada. Tengo que aprender, a escuchar a la gente, a quedarme con sus nombres, a hablar con ellos.
Todavía tengo que aprender a trasmitir mis sentimientos de una forma clara, de saber distinguir, entre el bien y el mal, entre lo correcto, e incorrecto. Saber decir basta, o pedir más. Saber ofrecer, y negar.
Todavía me queda por aprender, a mirar a los ojos. A no esquivar la mirada. A saber sonreír. Todavía me queda, saber saludar a la gente, si darle un beso en la mejilla, si dos, sí tiene que ser mejilla con mejilla, y el sonido vacío de los labios. Si tengo que darle la mano, o chocarla. Si mostrar mi puño, o darle una palmada. Todavía tengo que aprender, a dar un fuerte abrazo, y a recibirlo.
He de aprender a callar, a contemplar el silencio, a detenerme, a caminar más lento. He de mirar más los tiempos, buscar mi libertad, y respetar la de los demás. Decir con entusiasmo lo que creo, y escuchar con mayor aún, lo que creen los demás. Defender mi postura e ideas, y aprender de las de los demás.
Todavía me queda que aprender, bastantes platos de cocina. Organizar una fiesta, elegir buena música de ambiente, poder encontrar las ocasiones para cada cosa.
He de conseguir distinguir entre lo correcto y lo no debido. Entre lo que se supone que se debe de hacer, y lo que no. De lo que es hipocresía, y lo que es verdad.
He de conseguir, trasmitir mis sentimientos, y que no me vean como alguien reservado, cuando mi corazón necesita de los demás, y estos no se dan cuenta de ello.
Todavía tengo que aprender a besar. Y a volar, y a aterrizar cuando es necesario. Y doblar las rodillas en las caídas, para no hacerme tanto daño.
He de aprenderme, varias letras de canciones, para cantarlas en la ducha, o con el brisa en la cara. Algo de baile, me vendría también fenomenal. Y aprender a tener paciencia y fuerza de voluntad, también también.
Y al final, se limita a eso, a aprender a ser yo mismo, aprender de los demás, aprender a estar con ellos, y aprender a aprender.
Tanto que aprender, que en el fondo, no se nada.
Todavía tengo que aprender a trasmitir mis sentimientos de una forma clara, de saber distinguir, entre el bien y el mal, entre lo correcto, e incorrecto. Saber decir basta, o pedir más. Saber ofrecer, y negar.
Todavía me queda por aprender, a mirar a los ojos. A no esquivar la mirada. A saber sonreír. Todavía me queda, saber saludar a la gente, si darle un beso en la mejilla, si dos, sí tiene que ser mejilla con mejilla, y el sonido vacío de los labios. Si tengo que darle la mano, o chocarla. Si mostrar mi puño, o darle una palmada. Todavía tengo que aprender, a dar un fuerte abrazo, y a recibirlo.
He de aprender a callar, a contemplar el silencio, a detenerme, a caminar más lento. He de mirar más los tiempos, buscar mi libertad, y respetar la de los demás. Decir con entusiasmo lo que creo, y escuchar con mayor aún, lo que creen los demás. Defender mi postura e ideas, y aprender de las de los demás.
Todavía me queda que aprender, bastantes platos de cocina. Organizar una fiesta, elegir buena música de ambiente, poder encontrar las ocasiones para cada cosa.
He de conseguir distinguir entre lo correcto y lo no debido. Entre lo que se supone que se debe de hacer, y lo que no. De lo que es hipocresía, y lo que es verdad.
He de conseguir, trasmitir mis sentimientos, y que no me vean como alguien reservado, cuando mi corazón necesita de los demás, y estos no se dan cuenta de ello.
Todavía tengo que aprender a besar. Y a volar, y a aterrizar cuando es necesario. Y doblar las rodillas en las caídas, para no hacerme tanto daño.
He de aprenderme, varias letras de canciones, para cantarlas en la ducha, o con el brisa en la cara. Algo de baile, me vendría también fenomenal. Y aprender a tener paciencia y fuerza de voluntad, también también.
Y al final, se limita a eso, a aprender a ser yo mismo, aprender de los demás, aprender a estar con ellos, y aprender a aprender.
Tanto que aprender, que en el fondo, no se nada.