sábado, 30 de abril de 2005

Tanto que aprender

Me queda tanto por aprender en esta vida, que el sólo hecho de pensarlo, me hace sentir que en el fondo, no se nada. Tengo que aprender, a escuchar a la gente, a quedarme con sus nombres, a hablar con ellos.

Todavía tengo que aprender a trasmitir mis sentimientos de una forma clara, de saber distinguir, entre el bien y el mal, entre lo correcto, e incorrecto. Saber decir basta, o pedir más. Saber ofrecer, y negar.

Todavía me queda por aprender, a mirar a los ojos. A no esquivar la mirada. A saber sonreír. Todavía me queda, saber saludar a la gente, si darle un beso en la mejilla, si dos, sí tiene que ser mejilla con mejilla, y el sonido vacío de los labios. Si tengo que darle la mano, o chocarla. Si mostrar mi puño, o darle una palmada. Todavía tengo que aprender, a dar un fuerte abrazo, y a recibirlo.

He de aprender a callar, a contemplar el silencio, a detenerme, a caminar más lento. He de mirar más los tiempos, buscar mi libertad, y respetar la de los demás. Decir con entusiasmo lo que creo, y escuchar con mayor aún, lo que creen los demás. Defender mi postura e ideas, y aprender de las de los demás.

Todavía me queda que aprender, bastantes platos de cocina. Organizar una fiesta, elegir buena música de ambiente, poder encontrar las ocasiones para cada cosa.

He de conseguir distinguir entre lo correcto y lo no debido. Entre lo que se supone que se debe de hacer, y lo que no. De lo que es hipocresía, y lo que es verdad.

He de conseguir, trasmitir mis sentimientos, y que no me vean como alguien reservado, cuando mi corazón necesita de los demás, y estos no se dan cuenta de ello.

Todavía tengo que aprender a besar. Y a volar, y a aterrizar cuando es necesario. Y doblar las rodillas en las caídas, para no hacerme tanto daño.

He de aprenderme, varias letras de canciones, para cantarlas en la ducha, o con el brisa en la cara. Algo de baile, me vendría también fenomenal. Y aprender a tener paciencia y fuerza de voluntad, también también.

Y al final, se limita a eso, a aprender a ser yo mismo, aprender de los demás, aprender a estar con ellos, y aprender a aprender.

Tanto que aprender, que en el fondo, no se nada.

jueves, 28 de abril de 2005

Y se fue, como vino

Apenas fueron unos pocos días, en los cuales sólo la he podido ver dos tardes. Intenté el primero enseñarles, a ella y a su novio, la ciudad, al menos la única ciudad que yo conozco, la de la historia, la de los edificios viejos y polvorientos, la de las calles vacías, y la de la heladería de toda la vida.

Apenas fueron dos tardes, que en el fondo, fueron menos que eso. Hubiera deseado que hubiera sido más tiempo, para detenernos, y asimilar todo lo posible la realidad... y su presencia.

Ahora, después de que se haya ido, me pongo pensar, y me arrepiento de no haber hecho varias cosas. Me hubiera gustado tocarla más, cogerla de la mano, apretársela, darme cuenta, que la tenía delante mía, que era real.

Hubiese querido, abrazarla, fuertemente, con todas mis ganas, intentando estrujarla, para sacar todo de ella, y hacerlo mío durante segundos, provocar el vacío entre los dos, eliminando hasta el aire.

Me hubiese gustado tocarle el pelo, aprender su olor, identificarla con los ojos cerrados. Me hubiera gustado también aprenderme todos sus movimientos, su forma de mirar, con ojos cristalinos de niña y su eterna sonrisa

Hubiera querido hacer tantas cosas... y ahora, después de que se haya ido, me pongo a pensar, que hice tan pocas. Quizás porque no me atreví, quizás porque sencillamente, no debía, a lo mejor soy un cobarde, o un iluso, o todo a la vez.

Las cosas son como son, ¿no? Y posiblemente esto no debiera de ser escrito, ni pensado, pero es cierto. A lo mejor, no son sentimientos o forma de actuar, de un chico ante una amiga, y más, si esta tiene pareja. Puede que tengas razón, sin embargo, no hay maldad en mis palabras, se que existen normas, pero yo no las entiendo. Ni su lógica, ni su aplicación. ¿He hecho mal? Seguro, pero no se cuando, sí al no haber hecho nada, o al haberlo escrito, o sencillamente pensado.

A veces, te lo he dicho siempre, confundo la realidad, con la ficción, los molinos, con los gigantes, los gigantes, con los molinos. Ahora quizás sea una de esas ocasiones. No lo se. Puede que una vez más, tengas razón, y todo sea ficción, pero créeme si te digo, que lo que ahora siento, ese punzón, es real. Tan real, como que tu estás ahí delante.

Definiendo Catarsis

(Del griego, purga, purificación)
Diccionario de la Real Academia de la Lengua:

1. Entre los antiguos griegos, purificación ritual de personas o cosas afectadas de alguna impureza.
2. Efecto purificador y liberador que causa la tragedia en los espectadores suscitando la compasión, el horror y otras emociones.
3. Purificación, liberación o transformación interior suscitados por una experiencia vital profunda.

Otras fuentes:

1. Purificación de las pasiones por medio del goce de obras estéticas
2. Liberación, a través de la palabra, de las ideas relegadas al inconsciente por un mecanismo de defensa.
3. Efecto liberador que provoca en el espectador o el lector la recepción de la obra dramática o literaria. / Uno de los elementos fundamentales del teatro griego.

La Medusa, de Caravaggio

miércoles, 27 de abril de 2005

Encontrando tesoros

Internet, es algo diferente, en el fondo, no es un mundo real, aquí las cosas, son distintas a lo que vemos cada día en la calle.

Quizás porque aquí uno es libre de ser como quiera ser, de mostrarse, comportarse o decir libremente, sin ataduras, te encuentras cosas que te sorprenden.

Puedes encontrarte miradas de otras personas, que te muestran lo que nunca antes habían mostrado a nadie, o te cuentan el sueño que tuvieron anoche, que de otra forma se perdería. Hay quien comparte sus temores, mientras su nostalgia se mezcla con las lágrimas.

Los hay, quien te narra un cuento, que olvidan que una vez traicionamos al niño que llevamos dentro, y desde esa ingenuidad, nos hablan, nos muestran, nos redescubren, como es el mundo. También hay quien llora contigo, y no duda en abrirse su corazón para que veas lo que siente de verdad, sin intermediarios.

También encuentras gente desconocida, que te invita a pasar a su vida, y te cuenta lo que le esta pasando, cosas, que no ha contado a nadie más, y te habla de lo mal que lo esta, o la sonrisa que le robaron sin darse cuenta, o lo que le ilumina sus días.

Luego hay quien te presta sus ojos, y con ellos miras de una forma diferente, y te percatas de cosas en las que nunca te habías detenido antes.

Los que hay que no dudan ni un segundo, en ayudarte en lo que sea, que se preocupan de gente anónima de las que nunca sabrán nada, que crean una herramienta, y la regalan sin nada a cambio, o colaboran en proyectos sin ningún beneficio aparente, pero que ayudan a seguir evolucionando como personas.

Es algo mágico, y parece imposible, pero sucede. Es algo extraño, esto que encuentras. En el mundo real, todo esto es impensable, pero aquí, sucede constantemente. Por eso estas cosas que pasan cada segundo, hacen que recupere la fe en las personas, que las quiera más, y que quepa en mi, la esperanza de ver lo mejor de ellas.

Eso tiene la red, te hace encontrar los tesoros que escondemos en nuestro interior, y que nos negamos a enseñar al resto del mundo. Esa es una de las pocas lecciones que he aprendido en mi vida, que en el fondo de nosotros mismos, de todos nosotros, se encuentran tesoros de incalculable valor, y si los viéramos, si nos diéramos cuenta de ellos, toda esa magia, invadiría nuestras vidas, y los sueños, se cumplirían despiertos. Por ello, de alguna forma todo esto me hace sentirme un hombre rico.

Hablo de una utopía, lo se, pero no me doy cuenta de ello. Parece tan fácil, pero en el fondo, es imposible, y no entiendo bien el porque.



«Aquí llega mi turno, la cadena de manos enlazadas se aproxima, y siento que alguien me coge fuerte. Me agarro enérgicamente, e intento no caer. A su vez, siento que otros se agarran a mí, y me convierto en un eslabón más de la cadena mágica...»

lunes, 25 de abril de 2005

Quiero mezclarme

Quiero mezclarme, lo necesito...
Pero no puedo...
No tengo...
Quiero...
Lo...
...


Mezcla

domingo, 24 de abril de 2005

Volver a presentarnos

Es sábado, bueno, más bien, son los últimos minutos del sábado. Dentro de unas horas, veré en persona a una chica, que tarde o temprano leerá esto, la cual conozco desde hace ya, creo yo, más de dos años, o incluso más, o puede que hasta menos, pero sin lugar a dudas, muy intensos.

Hasta hace unas semanas, sólo la conocía a través de letras en la pantalla, vivimos con una gran distancia en medio, y hemos tenido, mil y una conversaciones, de los temas más dispares, y a la vez, más personales, y siempre, con total libertad, sin callarnos nada. Luego por azar, empezamos hablando, esta vez, ya de viva voz, hasta el punto, de pasarnos horas sin decirnos nada en especial, pero disfrutando de igual manera. Incluso, creo que si un día, no intercambiamos aunque sea un saludo, siempre a través de la red, algo falta.

Pero no malinterpretes mis líneas, la verdad, es que creo que no nos parecemos absolutamente en nada, lo que nos rodea, nuestras circunstancias, no tienen nada que ver, supongo que sí ella va de blanco, yo iré de negro, o si va a la izquierda, yo a la derecha, o si pone de fondo algo heavy, yo pondré algo de clásica.

Alguien de afuera, no lo entendería, diría, que no es normal, que tarde o temprano, cada uno ira por su lado, pues al fin al cabo, no hay cosas en común. Pues no imaginas cuan equivocado estaría. Siempre, tenemos de que hablar, que compartir, que contarnos. Enseñarle esa foto, lo último que le ha pasado ella con tal amiga, si va a ir al médico, aquel cabreo que tuvo, o ese sueño que queda por cumplir.

¡Ay, dulce princesa descalza! Dentro de nada, nos veremos ¿qué pasará? ¿nos llegaremos a reconocer a nosotros mismos? Seguro que parásemos todo el rato hablando ¿pero me atreveré a mirarte a los ojos más de tres segundos? Podríamos rememorar aquella película, y decir, que siempre nos quedará París, o en este caso, la red. No lo se. Sin lugar a dudas, será diferente. Yo al menos, estaré nervioso, pero sin embargo, ilusionado, para volver a hablar por primera vez, volver a presentarme, como si nunca hubiéramos hablado, a una gran amiga.

Seguro que lo conseguimos, no me negarás, que hemos cogido una carrerilla impresionante, y que a fin de cuentas, depende de nosotros, y de la paciencia que siempre has tenido conmigo, para seguir siendo tan buenos amigos.

¿Sabes cuanto te quiero? Y que tengas novio, que lastima. No en serio, te aprecio mucho, que demonios, te quiero mucho, y me llena de alegría, decir a todo el mundo, que eres, amiga mía.

Hasta ahora, dentro de nada.

sábado, 23 de abril de 2005

Redescubrise

En ocasiones, hacen falta toques de atención, para caer en la cuenta de algo, a veces, es una caída, lo que nos hace tomar conciencia, y en otras, una agradable conversación.

Esta vez, fue una de esas conversaciones, lo que me hizo plantear varias cosas, que de un tiempo a esta parte, habían justificado parte de mi forma de actuar. Yo mantenía, que hay cosas, estas, que han sido escritas, o hechas, pero que nunca deberían de ser leídas o vistas. Lo usaba como frase estrella, para entenderme a mi mismo, y excusarme, y no enseñar mis cosas, estas cartas, o fotos o ideas personales ante los demás. Pensaba que yo podría estar preparado para ser totalmente libre, y soltar algo poco convencional, como un pensamiento puro y sincero, o de alguna forma, ser yo mismo sin caerme; pensaba que podría hacerlo, que era libre, pero que los demás, me convencí a mi mismo, no estarían preparados para recibir tal disparo a bocajarro.

Pero en el fondo, tras pensarlo mucho, me he dado cuenta, que todo era fachada, que exculpaba mi negativa en ellos, y eso, no era ser sincero. Metía a todos los demás, en el mismo saco, sin darle oportunidad de ser ellos mismos. Ahora que lo pienso, para ellos, yo seré igual, me «generalizarán» y pensarán que soy igual que todo el mundo. Yo lo hago con ellos, y así, nunca salimos del círculo vicioso.

Por eso mismo, me propongo ahora mismo, ver a los demás, como quiero que me vean. No prejuzgar nada, no suponer el que pensarán, mostrarme, abrirme, como me gustarían que se mostrasen. Alguien tiene que dar el paso, y no me importa ser yo.

Es muy posible que no sea una buena opción, pero me permitiré ese capricho. Es lo justo, si quiero ser como soy, mostrarme ante los demás así, y pedir que no me juzguen con las reglas establecidas, yo no puedo juzgarles a ellos con esas mismas reglas. Cometería un pecado aún mayor, pues enarbolaría una bandera, y me comportaría de la forma contra la que pretendo luchar.

Por eso a veces, es bueno salir un poco de estas cartas, de uno mismo, y levantar un poco la cabeza, abrir los oídos, y estar preparados para cambiar, para redescubrirnos, para replantearnos nuestras ideas, y de esa forma, redescubrir al otro, y a nosotros mismos.

Un abrazo.

viernes, 22 de abril de 2005

¡Oh Capitán, mi capitán!

¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, nuestro terrible viaje ha terminado,
el barco ha sobrevivido a todos los escollos,
hemos ganado el premio que anhelábamos,
el puerto está cerca, oigo las campanas, el pueblo entero regocijado,
mientras sus ojos siguen firme la quilla, la audaz y soberbia nave.
Mas, ¡oh corazón!, ¡corazón!, ¡corazón!
¡oh rojas gotas que caen,
allí donde mi capitán yace, frío y muerto!

¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, levántate y escucha las campanas,
levántate, por ti se ha izado la bandera, por ti vibra el clarín,
para ti ramilletes y guirnaldas con cintas,
para ti multitudes en las playas,
por ti clama la muchedumbre, a ti se vuelven los rostros ansiosos:
¡Ven, capitán! ¡Querido padre!
¡Que mi brazo pase por debajo de tu cabeza!
Debe ser un sueño que yazcas sobre el puente,
derribado, frío y muerto.

Mi capitán no contesta, sus labios están pálidos y no se mueven,
mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso ni voluntad,
la nave, sana y salva, ha anclado, su viaje ha concluido,
de vuelta de su espantoso viaje, la victoriosa nave entra en el puerto.
¡Oh playas, alegraos! ¡Sonad campanas!
Mas yo, con tristes pasos,
recorro el puente donde mi capitán yace,
frío y muerto.

jueves, 21 de abril de 2005

Alguien que te pare los pies

Constantemente se me ocurren cientos de ideas, pensamientos y objetivos, cada vez más complicados y fuera de sí. La mayor parte de ellos, carecen de lógica, y lo que para mi, es una buena idea, y practicable, en verdad, no lo es tanto.

Admito, que muchas de ellas, se fundamentan, para hacerlas realidad, que me toque la lotería, detalle en la que nunca caigo, y no me sirve para centrarme y diferenciar, lo irreal a lo palpable. Puede parecer que es una virtud, la de tener dicha imaginación, pero más bien, se traduce en desgracia, pues como quijote, veo gigantes, donde molinos, y molinos, donde gigantes.

Por eso mismo, cuando tengo la oportunidad, hablo con la gente que me rodea, para saber su opinión. No suele escuchar mucho la gente, pero cuando lo hace, me ayudan a saber si tiene lógica lo que pienso. A veces, te paran los pies al momento, al explicarte que eso no puede ser posible, otras, te dicen de una forma parsimoniosa, sin fuerzas, que adelante, y en menos ocasiones todavía, te animan a seguir.


Alto


Supongo que a veces, tienes que olvidarte un poco de esas reglas, vivir aparte, y creer en tu proyecto, aunque seas el único que lo vea así. Puede que te caigas, es cierto, pero habrá valido la pena. Cada vez, me preocupa más, el crecimiento personal, que el laboral, o económico. Lo dejamos de lado, dejándonos llevar por los demás, siendo ellos mismos los que dirijan nuestro rumbo.

Hace unos días, tome una decisión, y la compartí con algunas personas. Lo hice, para hallar la fuerza que necesitaba, de sus palabras y reacciones. Dependiendo de ello, seguiría adelante. Y así ha sido. Al ver que no se lo cuestionaban tanto, y no me miraban con ojos extraños, he decidido seguir adelante con la decisión.

De aquí, a unos días, dos semanas, mi vida dará un vuelco de 360 grados. Y esta vez, me han dado luz verde.

lunes, 11 de abril de 2005

Día de playa

En lo que llevamos de año, esta es mi segunda vez que voy. De pequeño iba con mi madre, pero dejamos de ir, y bueno, estuve al menos 10 años sin volver.

El año pasado, decidí dar el paso, y apenas fui en tres ocasiones, pero este año, he empezado desde el principio. Voy sólo, porque es la mejor forma para desconectar de todo, tumbado, escuchando el mar, la música bien baja, el sol, el agua...

Lo necesitaba, lo necesito, tranquilidad absoluta. Por ello sólo, merece el transporte de hora y media, y media hora caminando. Y luego la vuelta.

Algún día te invitaré, y verás por ti misma lo que digo. Mientras tanto aquí tienes una foto de donde me coloco siempre, así si te animas a ir, puede que me veas allí


Mi escondite de arena


Un abrazote

viernes, 8 de abril de 2005

Carta a un viejo camarada

Un gran hola antes que nada.

Pues sí que ha pasado tiempo desde la última vez. Y han sido varias las ocasiones en las que he empezado una carta, pero en ninguna de ellas he llegado a terminar.

¿Por donde empezar? Quizás lo más adecuado sería hacer un poco de historia, desde aquella vez en Aranjuez, una noche de hace ya bastante tiempo, hasta hoy.

Al regresar a la casa de mis padres, nunca volverá a ser mi casa, me preparé para acceder a un módulo de grado superior, que en nuestras últimas conversaciones le dije. Era de informática. Pero lo único que llegué a aprender, es que no me gustaba para nada la informática. Pero tiene su explicación. A mi me gustaba, me gusta como usuario, como algo práctico, y lo que allí enseñaban, estaba muerto, y de poco servía. Con esta excusa, fui poco a poco dejándolo, y más, cuando me surgió un trabajo en una federación de empresas, en su departamento de Formación, o sea, administrativo, con muchos papeles, y trato al público.

Allí estuve varios meses, de los cuales me entregue al máximo, pues en el fondo, disfrutaba con el trabajo. Luego finalizo el proyecto en el que estaba trabajando, y con él mi contrato, aun con promesas de que volverían a contar conmigo. Eso fue en un agosto, año pasado, y hasta el mes de marzo de este año he estado en paro. Ahora estoy en media jornada, en una empresa yo sólo, pues es de recién creación, y esta mi jefe, con el cual tengo una gran confianza, y yo, y como él esta siempre en la calle, termino estando yo sólo en una oficina sin ventana, conectado todo el tiempo en internete. Aburrido, pero ya la vida me ha enseñado que hay cosas peores. Y decisiones aun más malas.

Mientras tanto, retomé mis estudios de cou, el actual bachillerato, y lo estoy sacando por las tardes. Bueno, tampoco es muy cierto eso, en verdad, desde que encontré este trabajo, lo deje un poco de lado, pero recientemente (vamos, hoy) me he animado, después de una racha de poca autoestima, y me he puesto las pilas, e intentaré levantar la situación.

Esa es esa cuestión, el estado de ánimo. Cuando regrese de Villatobas, el alma se me callo a mis pies. Inevitablemente, fue un error dejar el ejército, pero en fin, nada podemos hacer para volver atrás, así que hay que aprender a vivir con ello. Muchas veces regresan en mí los recuerdos de aquellos días, aquellas noches de guardia, mi boina, mi eterno antifragmentos, por dios, que recuerdos. Aquello sí que era divertido, lo digo sin tapujos. Hecho de menos todo aquello, y se que ya sería imposible volver a ellos. Pero también se, que con la distancia, las cosas cambian, y lo que nos pareció duro, con el tiempo lo olvidamos, y sólo recordamos los buenos momentos. ¿O es que acaso se ha olvidado de aquellas campanadas de fin de año en el extintor de Control?

De vez en cuando, pienso en regresar, pero esta vez lo haría diferente, ahora al menos, lo pienso así. Quizás solicitaría un puesto en Madrid, conocido de antemano, en alguna oficina, quizás alguna especialidad de topografía, o cualquier otra de no dar ni chapa, una de 9 a 15 de la tarde, y olvidarme el resto del día. Supongo que ya no tendría sentido meterme en nada operativo, pues de nada para mi futuro me serviría, y sería un error, pues en ello, no podría recuperar nada de lo perdido.

Pero no se preocupe, esto es por rachas, hay momentos en que visito la pagina del ejercito, mirando las plazas, y lo pienso detenidamente, pero luego lo dejo, y así continuamente. Se que para mi, no sería una solución el volver a ingresar, que la solución, al fin al cabo, esta dentro de nosotros, y yo todavía no la he sabido encontrar, y hasta que no lo haga, seguiré siendo un errante, aunque seguramente, eso es lo que seamos, mi primero, caballeros errantes, de tristes figuras.

Mis tiempos libres, que intento que sean los menos posibles, los dedico a ver alguna película bajada en el trabajo (le recomiendo millon dólar baby, que sin ya la habrá visto), también le he dado recientemente un empujón a la fotografía. Ya en el cuartel le di un poco al tema, y ahora recientemente, me he puesto un poco más serio con ello. Luego está la lectura de algún libro, que nunca llego a terminar, poco más. Estoy sacándome el carné de conducir, del cual ya he suspendido el práctico cuatro veces, así que no sólo me esta saliendo literalmente muy caro, sino que lo tengo atravesado. Luego tengo una especie de diario, o de cartas, que de vez en cuando escribo, como reflexiones, y que sinceramente, me ayudan a pensar en el cada día, tranquilamente, y hacen que me encuentre mejor.

Por lo demás, sigo igual, pecando en las mismas cosas, y tropezando en las mismas piedras. Me gustaría pensar, que sigo siendo el mismo de aquellos días, pero no sería cierto. Allí, en aquel nuestro Eva, nuestra diminuta base aérea, inexistente para todo el mundo menos para nosotros, era yo, [...], aquí en cambio, sólo soy los restos de aquello. De vez en cuando, sale algún brote, algún gesto, pero pronto se vuelve gris, y muere.

Supongo que estoy bien. He pasado días muy duros aquí, que no me permitían levantar cabeza, pero ahora uno se ha acostumbrado, y en algún sentido extraño, la suerte le sonríe. Tengo trabajo, y eso me permite pagar mis deudas, que cada vez son menos, hasta que surjan otras. ¿Mi futuro? Lo desconozco, no se que haré dentro de cuatro meses. Es posible que ya no sigua con mi actual trabajo, y me vuelva a plantear muy seriamente, regresar a la milicia (ese termino ya no existe, ya no es milicia) pero no como soldado, no lleno de orgullo al vestir el uniforme, sino como funcionario gris en una oficina. Los tiempos de ideales ya han pasado, anacrónicos. Al final, fueron los otros quienes ganaron la partida, así que a mi me toco esto.

En cambio, se que usted, mi eterno mi primero, si que le ha cambiado la vida, al menos lo poco, muy poco, que ha llegado hasta aquí. ¿Sigue pensando en el Cotton club? En fin, espero que me de noticias suyas de estos últimos cambios, y como le va.

Releyendo las líneas, me doy cuenta que ha quedado un poco pesimista. Sería incierto, más bien, nostálgico, melancólico. Pero nada más. Quizás fuese por que la mayor parte de ella, fue escrita por la noche, y ya se sabe, que a esas horas, el alma se sincera, y el cansancio aumenta.

Espero que todo le vaya bien, mi primero, y espero recibir noticias suyas muy pronto.

Un fuerte abrazo, [...]

miércoles, 6 de abril de 2005

Máldito práctico

Otra vez, y con esta ya van 4. He vuelto a suspender el práctico del carné de conducir. Algo habré hecho en mi anterior vida muy mal.


Tráfico


Después de unos días, en los que mi ánimo estaba levantando, viene este bandazo, y todo se cae. Bueno, hoy me he levantado mejor, así que gracias a dios, ha sido pasajero. Ahora tendré que volver hacer las prácticas por ley, 12 de 20 euros cada una, pagar 140 euros de tasas, y esperar un mes para presentarme. No hay nada como vivir en un país democrático, y gastar todo mi dinero para una simple licencia, y olvidarme de todo lo aprendido (y causas de los suspendidos) a la semana de coger el coche). Chapo para los examinadores.

Tendré que armarme de paciencia, y el proyecto de coger un coche, e irme hacia una playa desierta, para acampar durante tres días, tendrá que esperar.

lunes, 4 de abril de 2005

Mis manías

Lo admito, tengo mis manías, o mis peculiaridades más bien. Pero es que en el fondo, me siento orgulloso de ellas. Hace poco, viendo una película, decían que admiramos las virtudes, y nos enamoramos de los defectos. Yo no diré eso, pero si, que me encantan esos detalles, costumbres, que hacen a cada cual, un ser único y especial.

Por eso, aquí va una breve lista, de alguna de las mías;

· El reloj, en la mano derecha
· Mientras otros piden café, yo pido un colacao
· De vez en cuando, leo poemas en voz alta
· Voy en ocasiones, a la playa nudista, pero mejor sólo
· Empiezo mil libros, y acabo casi ninguno
· Me encanta caminar descalzo, lo necesito, como si de esa forma, conectará con el mundo
· Me gustan los trajes y corbatas
· Cuando paso por una carnicería o pescadería me santiguo
· Me gusta estar en oscuridad, y lo que me chifla, es ducharme totalmente a oscuras, guiándome solo con el tacto.
· No como ni carne ni pescado cuando lo parece, es decir, me encanta las croquetas, pero odio el filete.
· Uso desde hace años, la misma toalla rota, que mi madre se empeña en tirar, y yo me niego.
· Puedo pasar hasta días, sin comer, con hambre, pero sin comer.
· Soy tan paranoico, que en mi móvil tengo muchos nombres, en clave
· Me llama mucho la atención, todo tipo de desnudos.
· En mi casa hay 5 tipos de tenedor, yo sólo uso uno. No me gustan los demás.
· Suelo tomar más leche que agua.
· Al servicio, cuando esta limpio, me pongo de rodillas en vez de en pie
· Tengo una maleta negra, con la cremallera rota, que algún día arreglaré.
· Puedo coger un 1039% de confianza con alguien al momento, o negársela desde antes de conocerla. Aleatorio.
· Nunca voy en camiseta, y en cambio, cuando llevo algún polo o camisa, suelo tener una de ellas debajo.


Bueno, estas son la singularidades ni positivas ni negativas, porque negativas...



Ya me acordaré de más

domingo, 3 de abril de 2005