Ya llevo dos semanas, en esta nueva etapa. Más que etapa, es un paréntesis entre la pasada, y la que me espera. Me encuentro en un punto intermedio hacia mi destino final, no sabiendo muy bien como será.
En donde estoy es una especie de régimen de internado, con gente más o menos de mi edad, aunque dispares entre nosotros. Gente buena, gente mala, gente alta, gente baja, gente de aquí, y gente de allí.
Aunque en un primer momento, te das cuenta las diferentes personalidades que hay, luego, si reflexionas, y cierras los ojos, te percatas que en el fondo, hay grandes historias, grandes circunstancias que rodean a cada uno de ellos, haciéndolos únicos, y que justifican que un día se despierten con mal pie, o su forma de ser, o sencillamente, el color que llevan en el pelo.
Lo malo, es que aquí, no hay tiempo ni estamos preparados, para abrirnos de esa forma. Aunque pueda parecer que por ser todos, completamente desconocidos a principio, y compartir las actuales circunstancias, y crear un buen ambiente de compañerismo, en el fondo, nadie se fía de esa forma como parar hacerlo, todos estamos atentos, a no tropezarnos, y perder una seudo-apariencia de perfección, quizás, de aparentar ser débiles.
¿Por qué temeremos mostrar lo más genuino y especial de nosotros, lo que más valor tiene, el tesoro que se esconde en nosotros? Seguro que existe una buena respuesta a esa pregunta, aunque ahora no se me ocurra ninguna.
Desde aquí no podré escribirte mucho. El sólo tener que enviártela, me supone ir a la ciudad, y buscar algún sitio donde ponerme y enviártela. Y aunque pueda escribírtela desde aquí sin problemas, no encuentro entre tanto horario estricto y el cansancio, el momento adecuado para ello. Espero que sea algo temporal, y desde que todo se restablezca, podamos seguir hablando.
De todas maneras, ahora se acerca el verano, y hablaremos mucho menos. Tú iras de vacaciones, harás otras actividades, y será más difícil hacerte llegar estas letras. No se porque, pero me pregunto si todas estas cartas, te hacen en el fondo pensar, si te consiguen cambiar de alguna forma, o caen olvidadas en algún cajón de los que nunca se abren.
Qué andarás haciendo ahora...
En donde estoy es una especie de régimen de internado, con gente más o menos de mi edad, aunque dispares entre nosotros. Gente buena, gente mala, gente alta, gente baja, gente de aquí, y gente de allí.
Aunque en un primer momento, te das cuenta las diferentes personalidades que hay, luego, si reflexionas, y cierras los ojos, te percatas que en el fondo, hay grandes historias, grandes circunstancias que rodean a cada uno de ellos, haciéndolos únicos, y que justifican que un día se despierten con mal pie, o su forma de ser, o sencillamente, el color que llevan en el pelo.
Lo malo, es que aquí, no hay tiempo ni estamos preparados, para abrirnos de esa forma. Aunque pueda parecer que por ser todos, completamente desconocidos a principio, y compartir las actuales circunstancias, y crear un buen ambiente de compañerismo, en el fondo, nadie se fía de esa forma como parar hacerlo, todos estamos atentos, a no tropezarnos, y perder una seudo-apariencia de perfección, quizás, de aparentar ser débiles.
¿Por qué temeremos mostrar lo más genuino y especial de nosotros, lo que más valor tiene, el tesoro que se esconde en nosotros? Seguro que existe una buena respuesta a esa pregunta, aunque ahora no se me ocurra ninguna.
Desde aquí no podré escribirte mucho. El sólo tener que enviártela, me supone ir a la ciudad, y buscar algún sitio donde ponerme y enviártela. Y aunque pueda escribírtela desde aquí sin problemas, no encuentro entre tanto horario estricto y el cansancio, el momento adecuado para ello. Espero que sea algo temporal, y desde que todo se restablezca, podamos seguir hablando.
De todas maneras, ahora se acerca el verano, y hablaremos mucho menos. Tú iras de vacaciones, harás otras actividades, y será más difícil hacerte llegar estas letras. No se porque, pero me pregunto si todas estas cartas, te hacen en el fondo pensar, si te consiguen cambiar de alguna forma, o caen olvidadas en algún cajón de los que nunca se abren.
Qué andarás haciendo ahora...