sábado, 28 de mayo de 2005

Dos semanas

Ya llevo dos semanas, en esta nueva etapa. Más que etapa, es un paréntesis entre la pasada, y la que me espera. Me encuentro en un punto intermedio hacia mi destino final, no sabiendo muy bien como será.

En donde estoy es una especie de régimen de internado, con gente más o menos de mi edad, aunque dispares entre nosotros. Gente buena, gente mala, gente alta, gente baja, gente de aquí, y gente de allí.

Aunque en un primer momento, te das cuenta las diferentes personalidades que hay, luego, si reflexionas, y cierras los ojos, te percatas que en el fondo, hay grandes historias, grandes circunstancias que rodean a cada uno de ellos, haciéndolos únicos, y que justifican que un día se despierten con mal pie, o su forma de ser, o sencillamente, el color que llevan en el pelo.

Lo malo, es que aquí, no hay tiempo ni estamos preparados, para abrirnos de esa forma. Aunque pueda parecer que por ser todos, completamente desconocidos a principio, y compartir las actuales circunstancias, y crear un buen ambiente de compañerismo, en el fondo, nadie se fía de esa forma como parar hacerlo, todos estamos atentos, a no tropezarnos, y perder una seudo-apariencia de perfección, quizás, de aparentar ser débiles.

¿Por qué temeremos mostrar lo más genuino y especial de nosotros, lo que más valor tiene, el tesoro que se esconde en nosotros? Seguro que existe una buena respuesta a esa pregunta, aunque ahora no se me ocurra ninguna.




Desde aquí no podré escribirte mucho. El sólo tener que enviártela, me supone ir a la ciudad, y buscar algún sitio donde ponerme y enviártela. Y aunque pueda escribírtela desde aquí sin problemas, no encuentro entre tanto horario estricto y el cansancio, el momento adecuado para ello. Espero que sea algo temporal, y desde que todo se restablezca, podamos seguir hablando.

De todas maneras, ahora se acerca el verano, y hablaremos mucho menos. Tú iras de vacaciones, harás otras actividades, y será más difícil hacerte llegar estas letras. No se porque, pero me pregunto si todas estas cartas, te hacen en el fondo pensar, si te consiguen cambiar de alguna forma, o caen olvidadas en algún cajón de los que nunca se abren.

Qué andarás haciendo ahora...

sábado, 14 de mayo de 2005

La ida...

Largo pasillo a recorrer



En un momento, vuelvo...

Alfa

Bueno, parece ser que este será el último correo que pueda escribir antes de marchar. Hubiera querido escribir algunas letras mucho antes, pero ni el tiempo, ni las ganas acompañan. En fin, supongo que es ese momento en el que uno debe de reflexionar, y detenerse a ver en que punto se encuentra, y hacía donde ir, y sobre todo, como actuar.

Ante mi se inicia una nueva etapa, un nuevo empezar. Y estoy aterrado. Aterrado de volver a caer ante los mismos, de no saber adaptarme, de no poder hacer frente al cada día, y terminar otra vez en la soledad de los rincones oscuros. Intento no pensar en ello, en hacerme pasar por inconsciente, ocupar la cabeza en otras cosas, y esperar hasta el último momento para enfrentarme con el hecho. Y poco a poco lo voy consiguiendo.

Alguien a quien aprecio de una forma especial, me decía que no sabía ni a donde iba, ni cuanto tiempo iba a estar, ni si volvería. Francamente, a nada de eso te puedo responder, pues al fin cabo, ni yo lo sé. Quizás coja el móvil, lo tire, y pierda el contacto con todo lo anterior, no lo se, tan sencillo como eso.

Continuaré por aquí, eso espero, y seguiré contando cosas. Me llevo mi portátil, y aunque no pueda enviarte las cartas con la frecuencia que quiera, si iré una vez en semana, algún cibercafé, y te las mandaré, con los mismos temores, ilusiones y pensamientos que ahora.

Nada será como antes; tengo miedo. Ojalá estuvieras allí, y contigo, seguir adelante, teniéndote cerca. En el fondo, ni soy tan malo, ni tan extraño, ni tan bicho raro.




El camino empieza ya...

miércoles, 11 de mayo de 2005

Preparando la ida

Preparando
Ordenando
Colocando
Previendo
Planeando
Organiznado
Arreglando
Pensando
Soñando
Buscando
Comprando
Inventando
Disimulando


(Durmiendo un poquitín)


Y despidiéndome algo

lunes, 9 de mayo de 2005

Películas de final feliz

Las odio, no las aguanto. Me pongo a verlas, disfrutando al máximo, identificándome con el protagonista, sintiendo dolor y pena, pero luego, al final, siempre pasa lo mismo, todo se soluciona, y encuentra su eterno amor.

Lo mismo me ha pasado con excelentes libros que he tenido en mis manos. Los he empezado a leer, sin poder parar, triturando sus letras, absorbiéndolas a una velocidad vertiginosa, por no poder parar, hasta que...

No tiene lógica, que tus obras favoritas, sean tus obras más odiadas, pero es verdad. Me hacen sentir peor. Lo ponen todo tan bonito, tan fácil. Al final, se encuentran, aunque no se ha dado cuenta que a lo largo del camino, ha tenido un montón de oportunidades. Pero terminan los malditos, comienzo perdices...

Las odio, no las aguanto, las odio. Y a la vez, las colecciono estúpidamente, siendo muchas veces incapaz de seguir viéndolas o leyéndolas, dejándolas por la mitad. Las odio.

domingo, 8 de mayo de 2005

Mis cuatro paredes

Se va acercando poco a poco el día de la ida. Aunque estoy ilusionado, me siento mal. Mire a donde mire, me tengo que despedir de demasiadas cosas. No podré llevarme conmigo los libros, los recuerdos que tanto colecciono, los poemas... mi rincón.

Ahora tengo que prepararlo todo. Y tengo ganas, de que llegue ya el día, para tirarlo todo a la maleta, y olvidarme del resto. Lo haré como siempre, con prisas, para no darme cuenta de lo que dejo y que no pueda llevarme. Se acerca el día de la despedida, de mis últimas letras, y hasta eso me duele. Tengo todavía tantas cosas pendientes que hacer, tantas puertas que cerrar, y habrán tantas ventanas, que ya no podré ver.

Alejandose

Tengo ganas de todo, y de nada a la vez. El resultado, es que pasa un día más, y todo queda igual, pendiente de resolver.

Prefiero hacerlo todo a la carrera, para no sentir dolor, para tener una excusa para no despedirme, soñar con lo que pudo ser, y para que sea demasiado tarde para todo.

Hay palabras...

Hay palabras, que son demasiado grandes para nuestras bocas...

Hijo de la sombra

Eres la noche, esposa: la noche en el instante
mayor de su potencia lunar y femenina.
Eres la medianoche: la sombra culminante
donde culmina el sueño, donde el amor culmina.

Forjado por el día, mi corazón que quema
lleva su gran pisada del sol adonde quieres,
con un sólido impulso, con una luz suprema,
cumbre de las montañas y los atardeceres.

Daré sobre tu cuerpo cuando la noche arroje
su avaricioso anhelo de imán y poderío.
Un astral sentimiento febril me sobrecoge,
incendia mi osamenta con un escalofrío.

El aire de la noche desordena tus pechos,
y desordena y vuelca los cuerpos con su choque.
Como una tempestad de enloquecidos lechos,
eclipsa las parejas, las hace un solo bloque.

La noche se ha encendido como una sorda hoguera
de llamas minerales y oscuras embestidas.
Y alrededor la sombra late como si fuera
las almas de los pozos y el vino difundidas.

Ya la sombra es el nido cerrado, incandescente,
la visible ceguera puesta sobre quien ama;
ya provoca el abrazo cerrado, ciegamente,
ya recoge en sus cuevas cuanto la luz derrama.

La sombra pide, exige seres que se entrelacen,
besos que la constelen de relámpagos largos,
bocas embravecidas, batidas, que atenacen,
arrullos que hagan música de sus mudos letargos.

Pide que nos echemos tú y yo sobre la manta,
tú y yo sobre la luna, tú y yo sobre la vida.
Pide que tú y yo ardamos fundiendo en la garganta,
con todo el firmamento, la tierra estremecida.

El hijo está en la sombra que acumula luceros,
amor, tuétano, luna, claras oscuridades.
Brota de sus perezas y de sus agujeros,
y de sus solitarias y apagadas ciudades.

El hijo está en la sombra: de la sombra ha surtido,
y a su origen infunden los astros una siembra,
un zumo lácteo, un flujo de cálido latido,
que ha de obligar sus huesos al sueño y a la hembra.

Moviendo está la sombra sus fuerzas siderales,
tendiendo está la sombra su constelada umbría,
volcando las parejas y haciéndolas nupciales.
Tú eres la noche, esposa. Yo soy el mediodía.


sábado, 7 de mayo de 2005

Amistad

En el fondo, creo ser la persona más ingenua con la que te puedes encontrar en la vida. Pero no una ingenuidad sinónimo de ignorancia, sino de niño pequeño, que puede ver a su padre volar en el techo de su cuarto, y reírse, mientras este se muere de miedo.

Es una ingenuidad, que te hace plantearte todo, y no entender las cosas en su mayoría. Últimamente, preparando mi ida, me lo he planteado de una forma especial. Es ahora, cuando uno decide que llevarse o no, y sus relaciones con algunas personas.

Intentaba encontrar la formula o definición (quizás aquí comienza el error) que indica quien es un amigo o no. En un primer momento, fui al diccionario, y lo que este me dijo, pensé que era suficiente;

Amistad: Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.

Pero no, al momento caí en que yo sentía ese mismo sentimiento, por muchas personas, que incluso desconozco. Así que se me quedaba corta la definición.

Luego pensé que amistad, recordando esa frase del cantautor «Se recuerda con quien se ha llorado, pero no con quien se ha reído» podía ser eso. Pero yo no he compartido lágrimas, al menos no me he dado cuenta, con gente a la cual le tengo cariño y que mi vida sería muy diferente sin ellos.

También podía ser, alguien con quien compartes secretos, cosas personales que no le cuentas a nadie. Aquí dude, pues al fin al cabo, un sacerdote, no tiene por que ser tu amigo, ni un sicólogo. Pero la verdad, es que hablar libremente, une mucho a las personas, y el hecho de que alguien hable conmigo de esa forma, y comparta sus cosas personales, lo considero el mayor regalo que me pueden hacer. Pero seguía sin parecerme lo suficientemente claro.

¿Alguien con quien no podrías vivir sin su presencia? Definitivamente no. Los amigos, enriquecen tu vida, pero yo tengo amigos, que los considero como tales, y que no veo desde hace años, aunque de vez en cuando hablamos. Y son seres excepcionales con los que me gustaría compartir mi vida.

Y seguí así durante horas, y días, sin llegar a ningún sitio. Intenté otra cosa. Pensé en la gente que considero a mis amigos, y busque por esa vía, pensando en ellos, el concepto de amigos. Y me sorprendí, al ver que quizás, algunos no lo eran tanto, y otros, lo podrían ser más.

Luego ya ni hablar de saber lo que es una pareja, un novio o una novia. Aquí me dije: Sin lugar a dudas, tener una pareja, es alguien quien te atrae físicamente. Pero me di cuenta que era una tontería soberana lo que había dicho, y que no era cierto. Luego me dio risa, al recordar como hace unos días, en un reconocimiento médico completo, una doctora no solo me vio desnudo, sino que además examino concienzudamente todo mi cuerpo, y que obviamente, tampoco el desnudo, servía mucho para definir la cuestión.


Entonces, ¿qué es la amistad? Pues no lo se. Todas las definiciones que he encontrado, lo limitan, así que ni en broma, lo voy hacer yo ahora aquí. Pero si te diré, que yo tengo amigos, quizás no muchos, quizás muy pocos, poquísimos, pero cuando no están, me duele algo en mi interior, y con los que me gustaría compartir el resto de mi vida, y mis cosas con ellos.

Al pensar en eso, me di cuenta que también tengo gente a mi alrededor, con las que me gustaría que me unieran más lazos de amistad, y compartir y sentir por ella todo esto; pero quizás la amistad, es algo de dos vías, reciproco.

En el fondo, lo ves, algo tan sencillo, no lo entiendo. Ahora pienso, después de todo esto, que en verdad, yo me enamoro de la gente, pues la definición de amor, se ajusta más a lo que siento por ellos. Lo malo, es que hoy en día, enamorarse de más de uno, esta mal. Así que supongo, que tampoco será amor...


Pero yo, ingenuamente, les amo.

miércoles, 4 de mayo de 2005

Mortal; Herida

A veces, más que nunca, me siento mortal, pierdo todo rumbo, y me siento más humano que en ningún otro momento, y el dolor, el amor, y todos los sentimientos, se vuelven intensos hasta sentir su sabor en el paladar.

En ese momento te conviertes en vulnerable, y notas todas las heridas en tu piel. Sientes que en verdad, estás herido; herido gravemente. Te das cuenta, que no eres tan inmortal como pensabas, que el fondo, no eres tanto, que tienes penas, alegrías, circunstancias. El mundo se te detiene, y tomas conciencia, de lo que en verdad eres.

Más allá de la imagen romántica que se pueda tener de ese momento, es una situación brutal y lamentable. Imagina, te lo pido, esos cangrejos de playa, que caminan metidos en su concha. Imagina que de golpe, en un segundo, se la quitas, y queda totalmente indefenso ante el mundo. Su partes más delicadas, las más blandas, las más vulnerables, se exponen al sol, y el pobre cangrejo, siente lo indefenso que esta, que hasta el propio sol le hace daño.

Cuando pasa, también sufre la gente que esta a tu alrededor. Sin saber muy bien porque, se encuentran con alguien así, que hasta a perdido su propia identidad. Te encuentras con un desecho de persona, que sólo habla desde la locura, la estupidez, y la fe. Vendiendo la lógica a muy bajo precio, desde sus primeras palabras.

No sientas pena por alguien, o mejor dicho, algo así. Ha dejado de ser hombre, como tú o como yo, para convertirse en el reflejo de otra cosa. Ha dejado de ser inmortal, como cuando nos vemos, y hablamos al encontrarnos de las cosas que importan de verdad, lo que nos pasa cada día, o lo que haremos. Ya no es inmortal, como lo son esas personas que habitan las calles, las escuelas, las tiendas, que nos encontramos cuando salimos, de aquí para allá, cada uno, con su eterna vida, sin plantearnos en ningún sólo momento la mortalidad de las almas.

No, no es inmortal, como todos nosotros lo somos. Eternos siempre vivos. La muerte, la mortalidad, no existe en nuestras vidas. Sólo en breves instantes, cuando las vemos en otros. Y rápidamente, quizás como autodefensa, desaparece de nuestra mente, eternamente para siempre.

Mortal... hoy tengo un ataque de mortal.


martes, 3 de mayo de 2005

Cambio de rumbo

Se aproxima un cambio de rumbo en toda regla. Como te conté hace unos días, lo que se había sido una idea en el aire, se ha tornado real, y dentro de apenas dos semanas, cambio de trabajo, lugar y circunstancias.

No conozco a nadie de hacia donde voy, y tampoco lo que me espera de partir de ahora. Tampoco tengo planes de que hacer en el futuro. Voy sin ninguna dirección en concreto, quizás me dejaré llevar por la marea al principio, y cuando vea lo fuerte que este el mar, y hacia donde soplen los vientos, miraré el horizonte, y elegiré puerto. He fracasado ya cientos de veces, como para preocuparme de ello.

Aún así me inquieta lo que pueda pasar. Temo no saber relacionarme, comportarme como lo que no quiero ser. Aislarme como siempre he hecho. Nuevo sitio, nueva oportunidad, y en ello me agarro fuertemente, pero parte de mi entra en miedo, y me turba la sola mera idea, de volver a caer, a naufragar.

Otra parte de mi, tiene esperanza, mucha. La parte ingenua, claro esta. Ahora tendré una nueva oportunidad de conocer a gente, hacer amistades, pasar buenos ratos, fusionarme. Nueva vida. Entre los proyectos primeros, comprarme una nueva cámara de fotos, y una bicicleta. Bueno, ya veré. En el fondo me da miedo asomarme rápidamente, para no marearme, o encontrarme un abismo y caer.

Con esta rápida ida, dejo bastantes cosas mal cerradas. No me importa, es mi quema de naves particular, el precio que pago para la nueva etapa. Incluso estoy pensando en cambiar de móvil, y romper con todo. No lo se. No creo que en verdad, le importe a nadie.

¿Qué será de mi? No tengo ni idea. No se lo que haré dentro de 5 meses. Apenas se donde estaré, a miles de kilómetros de mi familia, pero nada más. Quizás te lo pueda contar, y tú seas lo único que me lleve conmigo, o quizás, seguramente, no.

Lo que si es seguro, que ya nada volverá a ser como antes, nunca nada vuelve a serlo.

domingo, 1 de mayo de 2005

Día de la madre

Hoy se celebra el día de la madre, algo triste, cuando este sentimiento se encierra en sólo una fecha. Ahora podría escribir mil y una líneas, hablando de mi madre, y de lo que es para mi, ¿Pero sabes una cosa? No lo voy hacer, no creo estar a la altura, de traducir esos sentimientos a letras, y temo, que sean esas propias letras, las que limiten mi amor hacia ella.

Así que busca en tu interior ese sentimiento, te dejo ese importante cargo.



Mi ma

A todas las madres, y futuras madres.
O mejor dicho, al sentimiento que representa una madre.