lunes, 6 de diciembre de 2004

El día que conocí a Wendy

No recuerdo bien cuando fue, creo que a principios de aquel año... Supongo, que fue en una de tantas veces, en un Chat, buscando a alguien con quien pasar un rato y olvidarnos de todo. Quizás buscando, eso que nunca se encuentra en un sitio como ese.

Se que no era día especial, ni dije nada singular, solo una conversación de las que hay miles, y que tardan solo un momento en olvidarse. Me dijo que se llamaba Ana, y yo, engreído, le pedí enérgicamente, que escuchara una canción, de Ismael Serrano, de mismo nombre, «Ana» que me encanta, le dije que tenía una semana para escucharla, que de no ser así, jamás volvería a hablar con ella. Compartimos nuestros correos, pensando que ya no volveríamos a vernos.

Mentí. No cumplí con lo dicho, como tantas veces, en las que me juré, no hablar con ella, pero inútil de mi, no aguantaba nunca, y rompiendo mi palabra, iba en busca de ella, como si de ello dependiera mi vida, y hablábamos. Al final, no escucho la canción, incluso no tardo en confesarme, que Ana, no era su nombre, diciéndome el auténtico. Me dio igual, pues desde hacía mucho, yo la llamaba princesa, o pequeña Wendy, y lo seguiría siendo por siempre jamás.


La pequeña Wendy





Hace unos días, busque esas conversaciones, grabadas en alguna parte, en alguna copia de cd. Allí estaban esos momentos, que empezaron siendo minutos, y se convirtieron en tardes completas.

Supongo, que al fin al cabo, ella, no es Wendy, ni yo menos aún, Peter Pan.

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