domingo, 6 de marzo de 2005

Semana prometedora

Esta semana que empieza, promete ser una de esas, que marcan, algo así, como un trozo de miga de pan, de un camino a recorrer. Esta semana, tengo unos siete exámenes, ni siquiera se cuantos, primordiales para aprobar el maldito curso, y poder al menos, aspirar a ir a la universidad. Después de todo lo vivido y dicho, vuelvo a caer en lo mismo. No voy a presentarme a ninguno. Supongo, que terminaré sacándomelo en dos o tres años. Genial.

Vuelve a mí la idea de regresar al ejército. Me duele que sea mi única salida. Si lo hago, tendré un sueldo, unas condiciones de vida mejor, independencia, una nueva tierra por descubrir, una nueva oportunidad para nacer. No es un trabajo de por vida, te terminan echando, y te vas sin nada en las manos. Tengo miedo a equivocarme, tener un mal destino, malos compañeros, habituarme, dejarme llevar. Ser la misma persona allí como aquí.

No tengo fuerzas para seguir, estoy cansado de mi mismo. Debo de dejarme por un tiempo, huir, y no verme en una temporada. Estoy cansado de notarme todos los días, de lamentar constantemente, de no evolucionar, de volver a tropezar en las mismas piedras, levantarme cada día, igual. De los cambios de humor, de los sueños irrealizables, de no saber relacionarme con las personas. De temer a la oscuridad. De tropezarme en cada esquina con mi sombra.

Intento correr, pero siempre me encuentro. Siempre lo mismo. Necesito escapar de mi mismo unas horas. Necesito dormir, o eso, o te maldigo.

Te volveré a escribir, te lo prometo.

No hay comentarios: