Pues en efecto, llevo tres días hospitalizado. Nada grave, no te preocupes. Tengo cierto problema con los alimentos. Por cuestiones que van más allá de mi entendimiento (el médico dice que es azar) tengo una hierna de hiato (asco de azar). Consiste en un estrechamiento en quien sabe donde, que cuando se produce no puedo tragar ningún alimento tanto sólido ni liquido. Normalmente, suele irse a los diez minutos, pero esta vez, tardaba más de 24 horas, y decidí ir a urgencias.

Preferí ir solo, pues pensaba que iba a ser un solo momento, me darían algo, y a volver a beber y comer. Pero la situación no fue como lo planeado.
Decidieron ingresarme, más que por peligro, por precaución, había que alimentar el cuerpo de alguna forma, y la única alternativa, era a base de suero.
Debo de admitir, que nunca he sido un valiente, aunque sí tengo sangre fría, y al llamar a mis padres, me eché a llorar. Era consciente de que no era nada grave, al menos, nada doloroso, y al fin al cabo, era lo mejor, pero la impresión pudo conmigo.

Una vez ingresado, no tuve ningún problema, tuve la suerte por varios motivos, de que me tocase una habitación para mí sólo. Con su ventana hacia la calle, con tranquilidad absoluta. Por causa del suero fisiológico, no podía moverme de la cama, aunque estaba perfectamente. Pero oía los sonidos que provenían de la calle. Me ha encantado. Oír los bares, algunas gentes hablando, ¡Hasta oír la banda de una procesión de Semana Santa! Sin lugar a dudas, han sido unas vacaciones de lujo. Date cuenta que no ha sido en ningún momento doloroso, quizás incomodo, pero nada más. Eso sí, tengo que decirlo, cuando al segundo día, ya pude ingerir dieta liquida, por dios, esta no sabía absolutamente a nada, pero bueno, el sólo placer de ingerir algo, hacía que me lo tomara todo con sumo gusto.
Desde el primer momento, le dije a mis padres, que nadie se pasase por aquí, ni siquiera mis hermanos, por no hablar de amigos de la familia, y demás parroquia de toda la vida. No tengo nada contra ellos, pero me parece un espectáculo cuanto menos evitable. No quiero molestarlos, y que tengan que venir, y hacer todo automáticamente, eso de preguntar cómo estás, qué tal duermes, y que te ha dicho los médicos. No se, supongo que es culpa mía, de alguna forma, tengo miedo a las cosas sin sentimientos, automáticas, que las hacemos por que es lo que debemos hacer, más allá de la lógica, o el verdadero sentimiento de compañía y solidaridad que los acompaña. Aun así algunos vinieron, mostrando así sus sentimientos de apoyo. Pero por suerte, fueron los mínimos.

Llame a un amigo para comentárselo, quizás por que sabía que le era imposible venir, y se lo comenté, al fin al cabo, es mejor que lo supiera por mí, que por otra persona. Le explique que no era nada, pues es la verdad, y que prefería en todo caso que no viniera él, ni nadie de mí limitado circulo de amigos o conocidos. Soy de la opinión firme, que si no se preocupan de ti, cuando estás bien, irte a visitar cuando estás mal, no tiene mucho sentido.
Debo de matizar mis palabras, por justicia más bien; No digo que no se preocupen por ti cuando estés bien, sino que se preocupan mucho más, cuando te encuentras enfermo, o en una situación parecida a la que tengo yo ahora. Pero bueno, todos somos humanos, y en estos momentos, la amistad asume mayor fuerza, y nos vemos obligados a visitar al enfermo, para que de alguna forma, ayudarle y darle ánimos, aunque, como yo, no sepamos bien, como hacerlo.

Mañana me darán de alta. Luego tendré que venir a consulta, hacerme pruebas para dentro de un mes operarme. No es nada importante, dentro de lo que cabe: al día siguiente podré salir sin problemas. Y todo esto será una anécdota. En un primer momento, temí la operación, pues no sabía si estarían involucradas las cuerdas vocales, pero me han dicho que no, que es más abajo, y no hay ningún problema.
Supongo, que dentro de unos días, esto no será más que una anécdota, unos días de reposo, y de nuevas lecciones de cosas aprendidas, y dentro de poco más, una bonita cicatriz, para contar en las playas. No se que historia contar, la del hermano mellizo muerto cuando nací, o la de herida de metralla, en ejercicios en el ejercito, o sencillamente la verdadera. Bueno, seguramente, ya se me ocurrirá alguna más original.
No te preocupes, en serio, no ha sido nada, más al contrario, necesitaba todo esto, como toda persona peculiar, me tienen que pasar cosas particulares, sino, cuanto me aburriría, ¿o no?
Un fuerte abrazo, y hasta pronto.