lunes, 7 de febrero de 2005

Someterse

Se que mis palabras te terminan aburriéndote, que son muy monótonas, que siempre acabo hablando de los mismo. En muchos libros, revistas, películas, siempre dicen lo mismo, que la imagen pesimista y afligida, nunca gusta, y que termina aborreciendo a las personas. Se que si quisiera mostrarte interesante a alguien, o llegar algún día, gustarle a alguna chica, debería de ser más alegre, más optimista, pues cuando buscamos a alguien, buscamos alegrarnos, no entristecernos con sus penas. También se que estas cartas, al fin al cabo, no interesan a mucha gente, que si lee una, ha leído todas. Que no hay novedades, ni aventuras dignas de mención. Aquí no hablo de lo que me paso con tal amigo, o lo que me dijo tal chica, porque sencillamente, no me pasa nada de eso. Tampoco cuento historias, porque no las hay. Y mis reflexiones, no son nada del otro mundo.

A veces pienso en ir por ahí, y comentarle a la gente la existencia de las cartas, pedir que pongan en sus páginas referencias a la mía. O darle alguna forma de publicidad. Pero me niego. Porque se que con ello, dejaría de ser libre. No puedo hablar de lo que no puedo, aunque eso lo haga más atractivo, porque dejaría de ser yo mismo. Mi objetivo con esto, no es ser famoso, o que la gente me visite, o ser parte de un artículo de gente extraña. Sólo quiero enviarte estas cartas, que leas alguna, y ya esta. No quiero someterme a nadie, si un capricho me puedo tomar, es ese. Ser yo mismo. Hablar de lo que quiero, sin freno, sin tapujos, sin pensar si gustará o no, si no volverás, o si piensas mal de mí. Si algo he aprendido, es que tenemos que ser nosotros mismos, cueste lo que cueste. ¿Es de locos pretenderlos? Acéptame como soy, te lo ruego, porque yo quiero ver como eres tú, sin nada delante, sin obligaciones que te hagan ser diferente, sin miedos a ser como eres de verdad, sin prejuicios del que dirán, pues sólo de esa forma, me interesas, tú, en tu estado más puro, sin mezclas, sin agresiones exteriores.


Captura de la película El apartamento, de Billy Wilder


Te quiero, te aprecio, por ser tú. No te tapes, no te camufles, no disimules. No te empobrezcas de esa forma. Hay tanta hipocresía que nos ataca, tanta falsedad. No te sometas ante nadie, vuela, se libre, se tú.

2 comentarios:

Esther dijo...

Precisamente esa es la gracia de los blogs, que son para escribir lo que te de la real gana. Puedes hacerlos públicos, puedes hacerlos anónimos, puedes querer que se conzca o tenerlo escondido. Tú eliges, tú decides. Pero no te dejes llevar por el qué pensaran, porque entonces perderás parte de esa libertad. Piensa que quizás lo que gusta de leerte es precisamente esa sinceridad con la que escribes, y también, por la forma en que lo haces. A mi me parece maravillosa.

¡Gracias por añadir mi blog en tus links! Aunque no se por qué lo haces, me sorprende que a alguien le pueda interesar esas cosas insustanciales de las que hablo xD.

Un saludo :)

Escribiente dijo...

Gracias una vez más por tus palabras Dru, a veces, uno se desorienta, y necesita algún toque de atención, para acordarse donde está, y que es lo que quiere. Mi intención con las cartas, es que sigan su rumbo, no quiero forzar nada, si lo hiciera, perderían el valor que tienen.
El que da las gracias, soy yo a ti, por estar ahí, y volver; y hablar. Tengo mucho que agradecerte, ya que me has ayudado a seguir adelante. Aunque no lo creas, sino hubiera sido por tus primeros comentarios, quizás las cartas hubieran terminado desde hace ya tiempo.
¿Cosas insustanciales? Si vienen de ti, de tu interior, son las más importantes que puede haber. Gracias a ti, por compartirlas con nosotros. Gracias eterna Dru.