Apenas fueron unos pocos días, en los cuales sólo la he podido ver dos tardes. Intenté el primero enseñarles, a ella y a su novio, la ciudad, al menos la única ciudad que yo conozco, la de la historia, la de los edificios viejos y polvorientos, la de las calles vacías, y la de la heladería de toda la vida.
Apenas fueron dos tardes, que en el fondo, fueron menos que eso. Hubiera deseado que hubiera sido más tiempo, para detenernos, y asimilar todo lo posible la realidad... y su presencia.
Ahora, después de que se haya ido, me pongo pensar, y me arrepiento de no haber hecho varias cosas. Me hubiera gustado tocarla más, cogerla de la mano, apretársela, darme cuenta, que la tenía delante mía, que era real.
Hubiese querido, abrazarla, fuertemente, con todas mis ganas, intentando estrujarla, para sacar todo de ella, y hacerlo mío durante segundos, provocar el vacío entre los dos, eliminando hasta el aire.
Me hubiese gustado tocarle el pelo, aprender su olor, identificarla con los ojos cerrados. Me hubiera gustado también aprenderme todos sus movimientos, su forma de mirar, con ojos cristalinos de niña y su eterna sonrisa
Hubiera querido hacer tantas cosas... y ahora, después de que se haya ido, me pongo a pensar, que hice tan pocas. Quizás porque no me atreví, quizás porque sencillamente, no debía, a lo mejor soy un cobarde, o un iluso, o todo a la vez.
Las cosas son como son, ¿no? Y posiblemente esto no debiera de ser escrito, ni pensado, pero es cierto. A lo mejor, no son sentimientos o forma de actuar, de un chico ante una amiga, y más, si esta tiene pareja. Puede que tengas razón, sin embargo, no hay maldad en mis palabras, se que existen normas, pero yo no las entiendo. Ni su lógica, ni su aplicación. ¿He hecho mal? Seguro, pero no se cuando, sí al no haber hecho nada, o al haberlo escrito, o sencillamente pensado.
A veces, te lo he dicho siempre, confundo la realidad, con la ficción, los molinos, con los gigantes, los gigantes, con los molinos. Ahora quizás sea una de esas ocasiones. No lo se. Puede que una vez más, tengas razón, y todo sea ficción, pero créeme si te digo, que lo que ahora siento, ese punzón, es real. Tan real, como que tu estás ahí delante.
Apenas fueron dos tardes, que en el fondo, fueron menos que eso. Hubiera deseado que hubiera sido más tiempo, para detenernos, y asimilar todo lo posible la realidad... y su presencia.
Ahora, después de que se haya ido, me pongo pensar, y me arrepiento de no haber hecho varias cosas. Me hubiera gustado tocarla más, cogerla de la mano, apretársela, darme cuenta, que la tenía delante mía, que era real.
Hubiese querido, abrazarla, fuertemente, con todas mis ganas, intentando estrujarla, para sacar todo de ella, y hacerlo mío durante segundos, provocar el vacío entre los dos, eliminando hasta el aire.
Me hubiese gustado tocarle el pelo, aprender su olor, identificarla con los ojos cerrados. Me hubiera gustado también aprenderme todos sus movimientos, su forma de mirar, con ojos cristalinos de niña y su eterna sonrisa
Hubiera querido hacer tantas cosas... y ahora, después de que se haya ido, me pongo a pensar, que hice tan pocas. Quizás porque no me atreví, quizás porque sencillamente, no debía, a lo mejor soy un cobarde, o un iluso, o todo a la vez.
Las cosas son como son, ¿no? Y posiblemente esto no debiera de ser escrito, ni pensado, pero es cierto. A lo mejor, no son sentimientos o forma de actuar, de un chico ante una amiga, y más, si esta tiene pareja. Puede que tengas razón, sin embargo, no hay maldad en mis palabras, se que existen normas, pero yo no las entiendo. Ni su lógica, ni su aplicación. ¿He hecho mal? Seguro, pero no se cuando, sí al no haber hecho nada, o al haberlo escrito, o sencillamente pensado.
A veces, te lo he dicho siempre, confundo la realidad, con la ficción, los molinos, con los gigantes, los gigantes, con los molinos. Ahora quizás sea una de esas ocasiones. No lo se. Puede que una vez más, tengas razón, y todo sea ficción, pero créeme si te digo, que lo que ahora siento, ese punzón, es real. Tan real, como que tu estás ahí delante.
1 comentario:
Te quiero, realmente te quiero, me huviera gustado que me tocaras el pelo, que me abrazaras, igualmente me huviera gustado a mi hacerlo, pero, no me atreví, por miedo al rechazo, por miedo a... no se. Volveremos a vernos pronto dejalo a cargo de mi cuenta.
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