Se aproxima un cambio de rumbo en toda regla. Como te conté hace unos días, lo que se había sido una idea en el aire, se ha tornado real, y dentro de apenas dos semanas, cambio de trabajo, lugar y circunstancias.
No conozco a nadie de hacia donde voy, y tampoco lo que me espera de partir de ahora. Tampoco tengo planes de que hacer en el futuro. Voy sin ninguna dirección en concreto, quizás me dejaré llevar por la marea al principio, y cuando vea lo fuerte que este el mar, y hacia donde soplen los vientos, miraré el horizonte, y elegiré puerto. He fracasado ya cientos de veces, como para preocuparme de ello.
Aún así me inquieta lo que pueda pasar. Temo no saber relacionarme, comportarme como lo que no quiero ser. Aislarme como siempre he hecho. Nuevo sitio, nueva oportunidad, y en ello me agarro fuertemente, pero parte de mi entra en miedo, y me turba la sola mera idea, de volver a caer, a naufragar.
Otra parte de mi, tiene esperanza, mucha. La parte ingenua, claro esta. Ahora tendré una nueva oportunidad de conocer a gente, hacer amistades, pasar buenos ratos, fusionarme. Nueva vida. Entre los proyectos primeros, comprarme una nueva cámara de fotos, y una bicicleta. Bueno, ya veré. En el fondo me da miedo asomarme rápidamente, para no marearme, o encontrarme un abismo y caer.
Con esta rápida ida, dejo bastantes cosas mal cerradas. No me importa, es mi quema de naves particular, el precio que pago para la nueva etapa. Incluso estoy pensando en cambiar de móvil, y romper con todo. No lo se. No creo que en verdad, le importe a nadie.
¿Qué será de mi? No tengo ni idea. No se lo que haré dentro de 5 meses. Apenas se donde estaré, a miles de kilómetros de mi familia, pero nada más. Quizás te lo pueda contar, y tú seas lo único que me lleve conmigo, o quizás, seguramente, no.
Lo que si es seguro, que ya nada volverá a ser como antes, nunca nada vuelve a serlo.
No conozco a nadie de hacia donde voy, y tampoco lo que me espera de partir de ahora. Tampoco tengo planes de que hacer en el futuro. Voy sin ninguna dirección en concreto, quizás me dejaré llevar por la marea al principio, y cuando vea lo fuerte que este el mar, y hacia donde soplen los vientos, miraré el horizonte, y elegiré puerto. He fracasado ya cientos de veces, como para preocuparme de ello.
Aún así me inquieta lo que pueda pasar. Temo no saber relacionarme, comportarme como lo que no quiero ser. Aislarme como siempre he hecho. Nuevo sitio, nueva oportunidad, y en ello me agarro fuertemente, pero parte de mi entra en miedo, y me turba la sola mera idea, de volver a caer, a naufragar.
Otra parte de mi, tiene esperanza, mucha. La parte ingenua, claro esta. Ahora tendré una nueva oportunidad de conocer a gente, hacer amistades, pasar buenos ratos, fusionarme. Nueva vida. Entre los proyectos primeros, comprarme una nueva cámara de fotos, y una bicicleta. Bueno, ya veré. En el fondo me da miedo asomarme rápidamente, para no marearme, o encontrarme un abismo y caer.
Con esta rápida ida, dejo bastantes cosas mal cerradas. No me importa, es mi quema de naves particular, el precio que pago para la nueva etapa. Incluso estoy pensando en cambiar de móvil, y romper con todo. No lo se. No creo que en verdad, le importe a nadie.
¿Qué será de mi? No tengo ni idea. No se lo que haré dentro de 5 meses. Apenas se donde estaré, a miles de kilómetros de mi familia, pero nada más. Quizás te lo pueda contar, y tú seas lo único que me lleve conmigo, o quizás, seguramente, no.
Lo que si es seguro, que ya nada volverá a ser como antes, nunca nada vuelve a serlo.
2 comentarios:
No rompas con todo vaya q luego lo exes en falta, haz lo q desees y con seguridad.
Cierto en que nada vuelve a ser como antes, pero de cada cosa se aprende un poquito y se trata de mejorar como persona.
Cada cambio es un reto, y hay que afrontarlo de la mejor manera posible.
Un beso
P.s. te enlacé ;)
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