jueves, 9 de junio de 2005

¿Qué cómo estoy?

Hace unos días, alguien a quien admiro en profundidad, me preguntaba que como lo llevaba. A esas preguntas, no se bien nunca el que contestar. A ella se lo explique con sinceridad, pero otras veces, no resulta tan fácil.

Para no preocupar a la otra persona (¿le importa siempre?), generalizamos, y usamos una respuesta de concurso, quizás un «tirando» o «con paciencia» nos sirve como excusa para zanjar la cuestión, y pasar a otros burocráticos temas. Mejor así. Decir la verdad, cuando no es esa, cuando las circunstancias sencillamente no acompañan, generalmente, no sirve de nada.

No es tu caso, a ti te tengo afecto, a si que (casi siempre) te soy sincero, como lo soy por ejemplo, en esta carta.

¿Qué como estoy?¿Cómo lo estoy pasando? Quizás empezando diciendo que mejor que como estaría en mi casa, sería un buen comienzo. Y es verdad. Se, estoy seguro, que el mejor sitio donde podría estar ahora, en mis circunstancias actuales, es aquí, y no me arrepiento, ni hecho de menos, nada. Al menos, no he tenido que renunciar a ninguna cosa, quizás por que no tenía que me atase, para bien o para mal.

Antes, en casa, vivía en una burbuja de la que no salía. Del trabajo a casa, y de casa al trabajo. No tenía apenas contacto con la sociedad, con la forma de ser de las gentes más allá de unas teclas, un televisor, o las miradas fugaces en los medios de transporte, hice mía, la frase de ojos que no ven, corazón que no siente, y hasta ahora, había funcionado, y a veces bien, a veces mal, iba haciendo el día a día.

Aquí es diferente. Hay bastante gente de mi edad, y es la mejor forma (cruel también) de ver como son. Conclusiones, no tienen que ver nada conmigo. Supongo que me sirve para ver, que cada cual tiene su puesto en este mundo, y un papel a desempeñar, y yo, veo el mío. ¿Resignación? ¿Se llama resignación al hecho de esperar que cada día salga el sol? No lo se, no es algo negativo, sencillamente, algo que me hace pensar, y bueno, quizás sí, quizás la de esperar que un día, llegue ese momento, y todo cambie.

Mientras tanto, espero. Hago uso de esa paciencia, y poco a poco, van pasando los días, hasta que esta etapa finalice dentro de unos meses, para empezar otra totalmente nueva. Esa será otra historia, que ya habrá tiempo de que la cuente.




Ayer por la noche, pensaba sobre los últimos días. Sobre algunas cosas que me han dolido, o algunos choques con personas. Pero como te digo, anoche llegué a una conclusión. Y es que lo único que tengo, lo que nadie ha podido robarme jamás, ni se me ha perdido, aquello que siempre me ha acompañado, es mi forma de ser. Y es algo, de lo cual no quiero ni podría renunciar. Es más, de alguna forma especial, me siento orgulloso de ello, se que soy introvertido, un bicho raro, y que probablemente, nunca encaje en ningún puzzle, pero me da igual, es algo que no puedo cambiar, y creo, que soy buena persona, y de eso, sin lugar a dudas, si que me siento orgulloso. Quizás es un precio algo caro el que hay que pagar, por ser extraño, pero lo pago cada día, y al carajo el resto del mundo.

Es un paso adelante, que espero, me sirva unos días más.

Un abrazo

1 comentario:

Karah dijo...

¿Bicho raro?
Creo que te conozco bastante para saber que eres buena persona, de las mejores que conozco, eres especial

:***