Busco la última carta que te envié. Ya hace mucho, tampoco se nada de ti. Me pregunto el porque de todo este silencio durante este tiempo. Supongo que nuestros caminos se han separado, y como en tantas otras cosas, la distancia a contribuido que surjan excusas por ambas partes para dejarlo para más tarde, de aquí a la eternidad.
Ya no somos los mismos, eso dicen, yo al menos no me siento tan cambiado, aunque quizás es ahora, reflejándome en las personas y circunstancias que nos rodean, cuando lo noto. Echando la vista atrás, en una fotografía, en una historia o en alguna carta, veo a otro, en ese momento, si soy conciente que en varios aspectos, pienso y actúo diferente. Ya no me preocupa tanto la opinión de los demás, he aprendido también, que no siempre se debe de ser sincero, ni tener las mejores intenciones, que cualquier cosa puede ser malinterpretada, y que amar con locura, es un delito, un fallo.
También he encontrado, que todos sufrimos, nos sentimos desdichados, solos, incomprendidos, abandonados a nuestra suerte, sentimientos comunes, que nada tienen que ver con nuestras circunstancias. Desde el más rico, al más pobre, desde el afortunado, al vil, del siempre amado, al más abandonada de las criaturas, todos sentimos lo mismo, con la misma intensidad. Incluso llegamos a creer, que sufrimos más que nadie, pero para bien o para mal, esa persona con la que nos hemos cruzado ayer mismo, con la cual sólo coincidimos una vez en nuestra vida, y del ni siquiera nos hemos fijado, sufre de los mismos sentimientos que nosotros. Posiblemente, la única diferencia es la forma en la que lo afronta. Y no hace falta ir tan lejos.
Quiero recuperarte, volver a saber de ti, contarte mis cosas, eres la única que me escuchas, así que si me dejas, intentaré volver a escribir estas cartas, quizás más por mí que por ti, quizás...
Ya no somos los mismos, eso dicen, yo al menos no me siento tan cambiado, aunque quizás es ahora, reflejándome en las personas y circunstancias que nos rodean, cuando lo noto. Echando la vista atrás, en una fotografía, en una historia o en alguna carta, veo a otro, en ese momento, si soy conciente que en varios aspectos, pienso y actúo diferente. Ya no me preocupa tanto la opinión de los demás, he aprendido también, que no siempre se debe de ser sincero, ni tener las mejores intenciones, que cualquier cosa puede ser malinterpretada, y que amar con locura, es un delito, un fallo.
También he encontrado, que todos sufrimos, nos sentimos desdichados, solos, incomprendidos, abandonados a nuestra suerte, sentimientos comunes, que nada tienen que ver con nuestras circunstancias. Desde el más rico, al más pobre, desde el afortunado, al vil, del siempre amado, al más abandonada de las criaturas, todos sentimos lo mismo, con la misma intensidad. Incluso llegamos a creer, que sufrimos más que nadie, pero para bien o para mal, esa persona con la que nos hemos cruzado ayer mismo, con la cual sólo coincidimos una vez en nuestra vida, y del ni siquiera nos hemos fijado, sufre de los mismos sentimientos que nosotros. Posiblemente, la única diferencia es la forma en la que lo afronta. Y no hace falta ir tan lejos.
Quiero recuperarte, volver a saber de ti, contarte mis cosas, eres la única que me escuchas, así que si me dejas, intentaré volver a escribir estas cartas, quizás más por mí que por ti, quizás...
1 comentario:
Sigues ahi?
Publicar un comentario